Siguiendo la luna no llegaré lejos

Todos los hombres pasan por éstas dificultades. Para los hombres es éste el punto en que las exigencias de su propia vida entran en colisión dramática con las cirscunstancias, el punto en que tienen que luchar más duramente por alcansar el camino que conduce hacia adelante. Muchos viven tal morir y renacer, que es nuestro destino, sólo en ese momento de su vida en el que el mundo infantil se resquebraja y se derrumba lentamente, cuando todo lo que amamos nos abandona y, de pronto, sentimos la soledad y la frialdad mortal del universo que nos rodea. Muchos se estrellan para siempre en este escollo y permanecen toda su vida apegados dolorosamente a un pasado irrecuperable, al sueño del paraíso perdido, que es el peor y más nefasto de todos los sueños. (...)



tan lejos como se pueda llegar